
"Escribir sobre el Motín de Aranjuez ha sido mi manera de hacer justicia" – José Antonio López Medina y su pasión por rescatar la verdad histórica
- Irene Martínez Martínez
- 3 abr
- 9 Min. de lectura
José Antonio López Medina (Madrid, 1985) es un apasionado de la historia y la escritura, pero su camino hasta convertirse en escritor fue poco convencional, a pesar de mostrar un gran amor hacia los libros y la historia desde pequeño. Tras una exitosa carrera como deportista de élite que le llevó a competir a nivel mundial, encontró en la investigación y la narrativa histórica una nueva forma de canalizar su curiosidad y creatividad. Tras años de estudio y acercamiento a la figura de Manuel Godoy, así como a los sucesos históricos del Motín de Aranjuez, publicó La caída de Ícaro: historia del motín de Aranjuez (Aliar Ediciones, 2023), obra que lo ha posicionado como una voz destacada en la narrativa histórica española.
José Antonio, pasaste de ser un deportista de élite a un apasionado de la historia y la escritura. ¿Cómo fue ese cambio y qué te motivó a dar este giro en tu vida?
Es un poco complejo, porque la historia me ha gustado desde siempre, desde pequeño. En mi casa, mi padre ha sido un gran lector de libros de historia, y yo he tenido la suerte de viajar mucho con él. Él cogía el coche y nos íbamos a Burgos, comíamos y nos veníamos. Todo ese proceso del camino y ver las cosas, en la imaginación de un niño, contándole historias o hablando de personajes, ha ido creando una semilla. ¿Qué ha pasado también? Pues que al vivir en Aranjuez, yo estoy rodeado de historia. Entonces, quieras o no, esa curiosidad desde pequeño también ha estado alimentada. Eso y la escritura, porque yo le quitaba la máquina de escribir a mis padres y yo decía: “voy a contar historias”. Recuerdo otra anécdota, en primero de la ESO, de que me dieran mis padres dinero para ir a una excursión y yo en vez de ir a la excursión, venía a la librería y compraba un libro, muchas veces ensayos que ni entendía.
Es verdad que mi vida me llevó al deporte, que es una cosa que he hecho desde los cinco años, yo siempre he sido muy competitivo. Empecé a competir, fui deportista élite, fui campeón del mundo, de Europa, de todo, muchas veces. Nosotros, dentro de lo que era la competición, cuando teníamos un internacional y estábamos en un país y teníamos una final delante de un montón de gente en un estadio lleno, acumulábamos mucha presión. Una de las maneras de quitarnos la presión era cada uno hacer una cosa. Y yo escribía, imaginaba mis cosas, escribía, leía y hacía, por supuesto, turismo. Ahí fue quedando un archivo de cosas escritas durante diez años y cuando me retiré, me sobraba muchísimo tiempo. Yo lo pasaba muy mal, me costaba dormir y todo. Haciendo un máster en psicología deportiva, la tutora que tuve para hacer el trabajo final me dijo: “Oye, pues si te gusta esto, ¿por qué no inicias un camino por aquí?” La verdad es que fue fenomenal, porque escribir e investigar era algo que me había gustado siempre, y volví a ser feliz otra vez.
"La caída de Ícaro" se adentra en un episodio crucial de la historia de España, el Motín de Aranjuez. ¿Qué te llevó a elegir este acontecimiento como eje central de la novela?
Pues esto también viene desde pequeño, porque el motín de Aranjuez es una institución de Aranjuez. Yo soy del 85, pero esto se ha representado desde el 82. Me acuerdo de la primera vez que vi el asalto, yo era un niño pequeño y vi gente que corría con antorchas, que decían que iban a matar a uno, y eso a mí me impresionó mucho.
Mi madre me contó una leyenda negra que ha sido extendida durante un montón de tiempo, y según he ido creciendo, he ido leyendo por curiosidad un montón de libros. Ya no solamente Galdós, Emilio La Parra, Martín Gilabé, Ángel Ortiz Córdoba, un montón de gente que daban otras versiones, otra historia. Esa curiosidad se fue manteniendo y fueron encajando piezas, lo que me llevó a una investigación enorme en la que me di cuenta de que era una historia muy mal contada y completamente injusta.
Pero si tenemos que poner un clic en todo esto, fue en un viaje a París cuando fui a buscar a Godoy en el cementerio. Los franceses no marcan su tumba, a pesar de que es la persona más importante de la historia de España, el primer generalísimo de la historia del país. Cuando ya me iba a ir, vi unas banderas de Badajoz y de España allí, sucias, tiradas, salí corriendo y era él. Yo creo que ahí nace La Caída de Ícaro, ahí dije: “te voy a hacer justicia, pero no solamente en el sitio, no solamente en esto, sino en el sitio donde te hicieron caer, donde más daño te hicieron.”
A mí me parecía todo esto muy injusto, que el motín de Aranjuez se represente y la representación se base en el pueblo contra un tirano para ganar su libertad. Aranjuez no es ningún bastión de libertad, es un nido de víboras y de engaño, de ambiciones y de traiciones, de la consumación de un golpe de Estado que había fallado en El Escorial. No es otra cosa.

En la novela exploras traiciones, conspiraciones y luchas de poder. ¿Cuánto de estos conflictos históricos crees que resuenan en la actualidad?
El motín de Aranjuez es la consumación del golpe de estado que empieza en El Escorial en 1807, y es el pistoletazo de salida para las abdicaciones de Bayona y el 2 de mayo. Tenemos que pensar que es uno de los acontecimientos más importantes, donde por primera vez en la historia de España se tira a un valido y se quita la corona a un rey. Todo en el mismo día, es una barbaridad.
El ministro de la justicia de aquellos años, José Antonio Caballero, aparte de odiar a Godoy, va en contra de todas sus políticas, pues tiene la ambición de que si no estuviera Godoy, él tendría el mando. Se mueven muchas cosas, y hoy en día la política es un poco también eso. Bueno, la política y la comunidad de vecinos que tienes en tu casa. Todo el mundo quiere mandar, mover, hacer. Cada uno tiene sus intereses o sus ambiciones. El problema que tiene Godoy es que toda esta gente había estado dispersa, habían estado en diferentes partes. Pero cuando se empiezan a unir y se empiezan a conocer entre ellos, empiezan a ver que tienen puntos en común y que tienen un enemigo común y todos se unen, es cuando él tiene el gran problema.
Para nosotros es muy sencillo, porque nosotros llevamos todos un iPhone en el bolsillo y eso es un tío Pedro o un Conde de Montijo que nos está contando mentiras y nos está manipulando continuamente. En aquel entonces, ¿cómo lo hacían? Pues este Conde de Montijo, aparte de tener un montón de agentes, él personalmente se personifica en las tabernas, en diferentes corrillos, arenga a la gente, les paga, les mete miedo, porque hay una cosa que funciona muy bien, que es el miedo.
Además de "La caída de Ícaro", has escrito "Aranjuez en la historia de España para jóvenes curiosos". ¿Cómo abordas la historia de manera accesible para los más jóvenes?
Fue mi segundo libro, yo estaba en la etapa estaba en la que estaba profundizando mucho en la historia de Aranjuez. Iba mucho a charlas, conferencias y a un montón de eventos, y me daba cuenta que la gente que venía a escucharme era gente mayor. Entonces empecé a darle vueltas y pensé que yo había crecido sin saber todo esto, y empecé a tirar del hilo. Descubrí que había un libro de finales del siglo XIX, de Simón Viñas, que estaba dedicado a los niños, pero lo vi desactualizado. Hice lo que he hecho en todos los libros que he trabajado para niños: lo documento como si fuera hacer un ensayo para adultos, y a partir de ahí voy puliendo. Cuando ya lo he depurado y me quedo prácticamente con la raíz de las cosas importantes, intento hacerlo cómico, que sea divertido, una conversación, y a partir de ahí genero un relato. En el caso de Aranjuez era: ¿Cómo hemos pasado de ser un bosque a conseguir este paisaje y patrimonio cultural de la humanidad? A mí me pareció una herramienta esencial para tener futuro.
Me ha costado mucho entrar a los colegios, yo doy paseo con los alumnos, les explico y me adapto para que cuando sean mayores tengan curiosidad. El día de mañana, tal vez, alguno de ellos sea alcalde, o concejal, o comerciante. Entonces, van a saber la importancia y la van a defender.
En tu blog "Historias de un instante" acercas momentos clave de la historia a los lectores. ¿Cómo nació este proyecto y qué impacto crees que ha tenido?
El primer libro que escribí era de relatos: Leyendas fantásticas de Aranjuez. Hice una pequeña investigación de qué leyendas había de Aranjuez, y me di cuenta de que no había prácticamente ninguna y las que había no tenían ninguna base histórica. Aranjuez, la ciudad como tal, es del siglo XVI, pero como ciudad de población nace a partir de 1750, nace en la Ilustración, donde no tiene cabida una leyenda. Lo que tiene cabida es la razón, la lógica, la explicación, la luz, y no surgen leyendas. Entonces decidí crear leyendas de manera novelada para que la gente se lo pase bien, y que dentro de 100 años, 200, la gente no sepa diferenciar si es verdad o es mentira. Ahí se genera una leyenda. ¿Va a tener una base histórica? Por supuesto, tiene una base histórica. ¿Sabemos si es verdad o es mentira? No, no lo sabemos. Tengo una leyenda escrita sobre un cuchillo que he clavado en una de las puertas del jardín del príncipe, en uno de los árboles. Y a mí me hace mucha gracia cuando voy paseando un domingo y me cruzo con algún turista preguntándose por qué hay un cuchillo ahí. Y nadie sabe quién lo ha escrito.
Después de publicar aquel libro quise practicar la escritura, así que escribí el primer relato en el móvil. Y poco a poco empezó a coger volumen, hay más de 30.000 personas en el blog, cada vez que publicaba se compartía por dos lados. Lo estructuraba en dos días de documentación, dos días de estructura, dos días de escritura y la publicación. El blog me abrió muchísimas puertas, y es verdad que lo he ido abandonando, pero por temas profesionales. Quiero retomarlo, porque me da pena que algo que ha tenido un tirón tan grande y me ha abierto tantas puertas se quede ahí.
¿Tienes en mente nuevas obras sobre la historia de Aranjuez o de España? ¿Qué puedes adelantarnos sobre tus próximos proyectos?
La caída de Ícaro me ha abierto muchísimas puertas y he disfrutado muchísimo. Pero también me he dado cuenta de que Aranjuez en sí es muy reaccionario cuando le cuentas unas cosas o le das documentación. Entonces, me he planteado hacer proyectos pequeños sobre Aranjuez, no abandonarlo porque yo creo que es una pasión. Tengo un proyecto muy grande en el que ahora estoy en fase de documentación, llevo un año y pico. Creo que me queda otro par de años, estructurarlo y luego ponerme a escribir, yo calculo que en seis años puede estar funcionando.
Y lo que he firmado ahora y tiene que empezar a salir son proyectos pequeños de una novela corta cada dos años, aproximadamente, sobre acontecimientos históricos de Aranjuez, muy concretos. Tiene que salir ahora el primer episodio de esta saga, que es sobre un acontecimiento histórico que hubo en 1794, que es la primera vez que se canta la Marsellesa en Aranjuez y se montó un follón tremendo. Esto lo he documentado, he tirado más del hilo, he estado buscando, le he dado 200 millones de repasos y después de dos años lo propuse a la editorial para seguir dando a conocer la historia de Aranjuez de una manera novelada, dinámica, que a la gente le puede gustar. Pero sin entrar a un proyecto tan bestia como La caída de Ícaro, que yo creo que es un proyecto de una vida, que fueron diez años.
Si pudieras viajar en el tiempo, ¿qué personaje histórico de esa época te gustaría conocer en persona y por qué?
Yo tengo pasión por el siglo XVIII, me encanta porque no son ni lo antiguo de antes ni lo moderno de después, es una cosa entre medias, hablan muy parecidos a nosotros, se comportan de una manera muy parecida a nosotros, disfrutan prácticamente con lo mismo. Me gustaría conocer a Napoleón, me gustaría conocer a Godoy. Me gustaría hablar con Godoy, dejarle tranquilo y decirle: “Bueno, dentro de unos siglos habrá alguien por ahí que cuente tus cosas en condiciones”. Yo creo que una de las cosas principales que tiene que tener un escritor es que cuando empieza a trabajar sobre un tema o sobre unos personajes, se llega a meter en una biografía. En el caso, por ejemplo, de Godoy, tú te metes, te sientas con él en el salón de tu casa y llegas a hablar con él y llegas hasta las cosas más íntimas. Porque tú lees sus cartas y las cartas que se lee con su mujer, las que se escribe con sus amigos, las que le contestan, sus diarios… Cuando escribo, me gusta sentarme con los personajes y decir: “¿Qué hiciste? ¿Por qué? Cuéntame, ¿qué sentías?” Empatizar mucho con ellos, a todos estos personajes les tengo un cariño enorme, del malo al bueno. Eso es maravilloso, se convierten en parte de tu familia, en parte de ti.

No sabía de ti José Antonio, me alegro mucho de que existas y escribas temas tan fantásticos.
Hace años, después de leer el libro de España contra España de Rafael Torres me hice Godoista, Rafael escribía en su primera página “ no quiero engañar a nadie, soy Godoista”, pues yo también.
Un septiembre, en una representación del motín en el palacio de Godoy en Aranjuez grite Viva Godoy varias veces, la gente me miraba pensando que me estaba confundiendo….
Felicidades José Antonio, compraré el libro…