La Piragüera: medio siglo remando hacia el éxito en Aranjuez
- Juan Mori Valdés
- 3 abr
- 4 Min. de lectura
Aranjuez y su querido río Tajo se han convertido en la gran potencia nacional del piragüismo, gracias a la Escuela de Piragüismo de Aranjuez. Hemos estado con su presidente, Javier Rodríguez, para que nos ayude a repasar las claves de sus éxitos deportivos y el impacto del club en la ciudad.
La Escuela de Piragüismo de Aranjuez, o “La Piragüera”, como también es conocida, cumple en 2025 nada menos que 50 años de historia. Durante un día soleado, caluroso y perfecto para adentrarse en el Tajo, Javier Rodríguez nos recibe con una sonrisa amable para contarnos qué significa este club para Aranjuez y cómo han conseguido hacer del piragüismo el deporte rey en la localidad ribereña.
"Este club fue fundado hace 50 años a raíz de un grupo de chavales que tenían pasión por el piragüismo y se enfoca directamente en la competición, que es la base del club. Para complementar esa competición, hemos creado varias secciones: hace ya mucho tiempo incorporamos una sección de ciclismo y, últimamente, hemos desarrollado una actividad de turismo náutico que consiste en varias rutas de paseos por Aranjuez. Aun así, el principal cometido del Club Escuela de Piragüismo de Aranjuez es la competición a nivel nacional e internacional".

Y vaya si han cumplido sus objetivos. La Piragüera lleva desde 2010 siendo campeona de España de manera consecutiva, pero además cuenta con campeones europeos y mundiales entre sus aproximadamente 500 socios. Esta increíble racha de resultados esconde un reto que, aunque bonito, no resulta sencillo de gestionar:
¿Cómo se maneja el éxito continuo?
“Me acuerdo cuando ganamos por primera vez, que estábamos aquí todos esperando a los chicos para recibirlos con lágrimas en los ojos. Quizás ahora, cuando vienen de ganar, se encuentran un poco solos porque no hay mucha celebración. No es que se haga habitual, pero sí que la emoción se pierde. Aún así, la victoria no quita el trabajo diario para poder renovar esos objetivos.”
No obstante, fue durante los pasados Juegos Olímpicos de París 2024 cuando el club logró lo que toda escuela de piragüismo sueña: aportar deportistas a la delegación española olímpica. María Corbera y Adrián del Río compitieron en las aguas parisinas, logrando ambos un diploma olímpico, un triunfo gigante para un club y una ciudad que lo vivieron de manera muy especial. Al preguntarle, Javier se muestra incapaz de disimular su emoción:
“Solamente con tu pregunta se me pone la piel de gallina. Muy emocionante, la verdad. Es la culminación de los objetivos del club. El club está hecho para la competición y tener a dos representantes de La Piragüera en la máxima cita deportiva… Fue inolvidable para todos los del club, e incluso para todos los ribereños, ya que el Ayuntamiento instaló una pantalla gigante para verlo.”

Y es que La Piragüera se ha convertido en algo más que en un club de piragüismo: es un pilar fundamental de la sociedad ribereña, un lugar de encuentro dónde los ciudadanos practican deporte junto a sus amigos y familiares. En un país como España, dónde el fútbol domina casi por completo de la atención mediática, el piragüismo se ha convertido en el “deporte rey” de Aranjuez:
“La ciudad y el río Tajo están muy ligados históricamente: Aranjuez se funda gracias al río, a las zonas de caza que había aquí y a la instalación del Palacio Real. La fuerte vinculación de los ribereños hacia el río Tajo ha sido bastante importante. Yo siempre digo que no ha habido una familia aquí en Aranjuez en la que, al menos durante una temporada o unos meses, alguien no haya pasado por el Club Escuela de Piragüismo de Aranjuez. Casi todos los ribereños, de una manera u otra, han colaborado con el club.
Sin embargo, pese a la enorme influencia que el club ha adquirido en la ciudad, y su gran número de socios y éxitos deportivos, la gestión económica de un centro de un deporte minoritario no resulta nada sencilla:
“La verdad es que gestionar un deporte minoritario con la cantidad de palistas que tenemos en Aranjuez requiere hacer unas cuentas muy bien organizadas. Es cierto que siempre hemos contado con la ayuda del Ayuntamiento de Aranjuez. En los últimos años, y gracias a los éxitos deportivos, ese apoyo se ha extendido primero a la Comunidad de Madrid, luego al Consejo Superior de Deportes y, finalmente, a la Federación Madrileña de Piragüismo y a la Federación Española de Piragüismo.
Precisamente, varias de estas instituciones han sido claves para que el siguiente gran desafío de la entidad pueda hacerse realidad. Patrimonio Nacional cedió unos terrenos contiguos al club para poder ampliar su centro de tecnificación y ganar en espacio, algo en lo que, reconoce Javier, ya se estaban quedando cortos. Esta obra ha sido posible gracias a la concesión de 1,9 millones de euros por parte de la Comunidad de Madrid, cofinanciada por los fondos NextGenerationUE y el apoyo del Consejo Superior de Deportes. Se espera que el impacto de dicha ampliación sea trascendental:


“El impacto será enorme, ya lo estamos notando; el ver remar a los campeones de España o de Europa en nuestra lámina de agua… Cuando los chavales se meten al río y ven a esos campeones, intentan imitarlos, y eso es un beneficio para el club.”
Además, se ha fijado como objetivo la creación de un canal de remo y piragüismo, y las gestiones parecen que van por buen camino.

La Piragüera es un gran ejemplo en cómo debe gestionarse un club tanto en lo deportivo como en lo social. Basta con traspasar su puerta para darse cuenta de lo especial que es la relación entre el deporte y la sociedad ribereña. Javier Rodríguez transmite un orgullo palpable al hablar de cómo el centro está abierto no sólo para los palistas, sino también para todos aquellos ciudadanos que quieran jugar al fútbol o baloncesto en las pistas que se encuentran en el interior del club, o hacer ejercicios en las barras de calistenia que están junto al río. El deporte es competición, y en este sentido están logrando éxitos innegables, pero sin olvidar la parte social del deporte, la cual construye tradición, arraigo y orgullo para Aranjuez.


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